dimecres, 27 de gener del 2010

TREN


Cuando era niño,
veía los trenes pasar.

Veía trenes colmados de sombra,
huyendo hacia el enigma.

Cuando era niño,
observaba en silencio aquellos trenes,
que todavía hoy siguen avanzando,
inmersos entre las sombras del tiempo,
y la soledad del alba.

Un día, mi infancia,
quedó atrapada para siempre
en uno de ellos.

Mientras partía,
yo me quedé de pie en el andén,
junto a una vieja maleta de cuero,
y un montón de dudas en el alma.

Hacia donde irá, me pregunté.

Cuarenta años después,
todavía nadie,
me ha sabido responder.

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